Castle of Santa Catalina in Jaén
Jaén Andalucía Spain
castle, chateau
Castillo de Santa Catalina (Jaén)
Jaén Andalucía Spain
castle, chateau
The castle played a major role in the battles between Moors and Christians
El castillo de Santa Catalina es una antigua construcción defensiva de acabado cristiano-medieval, que corona el cerro del mismo nombre, en una estribación de la Sierra de Jabalcuz a 820 m de altitud, desde la cual se divisa toda la ciudad de Jaén, los olivares y las montañas circundantes de la zona
Previous names
Castle of Santa Catalina in Jaén, Castillo de Santa Catalina (Jaén)
Description
The castle played a major role in the battles between Moors and Christians. The Castle of Santa Catalina acquired special relevance in the Peninsular War, when it was turned into an important base of operations for Napoleon’s troops. Its excellent location afforded phenomenal views over most of the province, the city of Jaén and the city’s cathedral, in particular.
Three fortifications made up the old fortress built on top of the hill known as Cerro de Santa Catalina: the Alcázar Viejo (Old Fortress), built during the reign of King Alhamar; the Abrehui castle; and the Alcázar Nuevo (New Fortress), which Fernando III gave orders to build in the 13th century. Of the three, only the latter one remains. Its original structure is more or less intact, whereas the first two were torn down in the mid-20th century to build the Parador Nacional de Turismo (a state-owned hotel). Currently the Parador is considered one of the best castle-hotels in Europe.
Napoleon’s troops turned the fortress into a huge barracks or stronghold from which to wield strict control over most of the province and the strategic Sierra Morena mountain passes, in particular. To that end, accommodation for the regular troops, stables, dungeons, offices, powder magazines and even a fifty-bed hospital were distributed among the three fortresses. We know about what happened in those years thanks to the ruins that are still standing, the plans of the fortresses and a few photographs made at the turn of the 19th century.
In any event, what can be seen of the Castle of Santa Catalina today is more similar to the way it looked in the Middle Ages than after the changes made by the French army. The layout of the fortress you can visit now is almost triangular and defended by six towers. The Torre del Homenaje rises to a height of 40 metres. Next to it stand the Torre de las Damas (Ladies Tower), which protects the entrance to the Castle; two defensive towers (one of which houses the chapel of Santa Catalina, the city’s patron); the Torre de la Vela (Watch Tower), where fires were lit on the flat roof to send signals to other defensive posts in the surrounding area; and the Torre de las Troneras (Embrasure Tower). Here we come to another of the fortress’ curious elements, for the tower had been used as a latrine since the Middle Ages. Latrines were not a very common feature in medieval castles, and the Frenchmen decided to use the tower for the this purpose.
Moreover, the latest excavations carried out in the area revealed that there had been a palace or royal household quarters inside the Arab fortress. Some decorative elements were found, as well as traces of the transformations the castle underwent throughout various historical periods. At times, some of the rooms were used not only for residential purposes but also to house the administrative areas or as the workplace for state employees.
Currently, the castle boasts a Visitor Centre that recreates a large part of its evolution and the history of Jaén. The city offers an opportunity to end a magnificent day with a visit to the cathedral, a crown jewel of the Andalusian Renaissance, the largest Arab baths in Europe, and the most important collection of Iberian sculptures, which are exhibited in the Provincial Archaeological Museum.
http://castillosybatallas.com/
El castillo de Santa Catalina es una antigua construcción defensiva de acabado cristiano-medieval, que corona el cerro del mismo nombre, en una estribación de la Sierra de Jabalcuz a 820 m de altitud, desde la cual se divisa toda la ciudad de Jaén, los olivares y las montañas circundantes de la zona.
El nombre le viene dado por la capilla que se construiría en el castillo tras su conquista. La capilla de Santa Catalina de Alejandría es de estilo gótico, y fue construida entre los siglos XIII y XIV.
En 1965 fue acondicionado como Parador Nacional de Turismo.
Este recinto, también llamado Castillo o Alcázar Nuevo, se asienta sobre la roca viva del cerro, y es uno de los tres recintos defensivos que constituyen el Castillo de Jaén. En su lado oeste, se sitúa la Torre del Homenaje que, en otros tiempos, servía de vertebración con la antigua alcazaba. Es una gran torre de planta cuadrada, con 15,45 m de lado, y más de 30 m de altura, con tres plantas y terraza, con bóvedas cruzadas con arcos ojivales, y acceso desde el patio de armas.
Todo el perímetro sur carece de torres, al estar construido sobre un escarpe vertical. Hay en este paño, una poterna y un saledizo, que alberga una letrina. En cambio, en su perímetro norte hay situadas tres torres, dos de ellas albarranas y una tercera, junto a la puerta de acceso. Finalmente, existe una quinta torre, pentagonal, en el extremo oriental del recinto. El patio de armas es de gran superficie, y en él se encuentran restos de construcciones diversas, entre ellas dos aljibes y un bastión.
Todo el paramento de este castillo responde a un tipo arquitectónico nuevo, en relación con la alcazaba existente: mampostería menuda en la obra general, sillar o sillarejo en los ángulos, y ladrillo o dovelas de cantería en los arcos.
Los primeros indicios de ocupación del cerro de Santa Catalina se remontan a la Edad del Bronce, correspondiendo a restos cerámicos hallados en la ladera norte y en la cima, sin evidencias concretas en cuanto al tipo de hábitat.
Los primeros elementos defensivos que se advierten en el cerro de Santa Catalina datan de la época ibérica; son restos ciclópeos situados en la ladera septentrional del cerro y correspondientes a un oppidum, y relacionado especialmente con el cercano asentamiento de Puente Tablas, del cual habría absorbido su población tras un primer abandono de este último que se aprecia en la transición entre el siglo IV a. C. y el III. La función propiamente militar del cerro se remonta a la época cartaginesa, cuando Aníbal construyó una importante fortaleza para proteger la colonia cartaginesa que fundó en la ciudad, una instalación que sería mantenida y reforzada por los romanos tras la conquista.
En época islámica (a partir del siglo VIII) comienza la reconstrucción del nuevo recinto fortificado en la cumbre del cerro, que sufriría progresivas ampliaciones hasta alcanzar su máximo tamaño entre los siglos XII y XIII.
Así pues, junto al Castillo de Santa Catalina, donde hoy está el Parador Nacional, existió una fortaleza anterior de origen árabe, el Alcázar Viejo, de la que aún quedan algunas evidencias.
No obstante, la construcción visible actual es de origen cristiano, siendo erigida tras la conquista de la ciudad por Fernando III el Santo en 1246, quien por tanto se la arrebató al rey moro Al-Ahmar. También es cristiano el tercer recinto del alcázar, denominado Abrehuí.
Durante el siglo XV se llevaron a cabo unas reformas impulsadas por el Condestable de Castilla Miguel Lucas de Iranzo, que dio lugar a la unión del Alcázar Nuevo y el Alcázar de Abrehuy, separados hasta entonces por una explanada. Estas obras finalizarían con la construcción de la Torre del Homenaje. De ello existe constancia documental pues, en 1529, "hubo que gastar 10.000 maravedís en obra urgente" en el castillo.
Aunque el Alcázar Nuevo fue mandado construir por Fernando III, fueron Alfonso X y Fernando IV los reyes que intensificaron y culminaron las obras.
En el siglo XIX, cuando Napoleón Bonaparte entra en España y sus tropas llegan hasta la ciudad de Jaén, el Castillo de Santa Catalina fue modificado por las tropas napoleónicas, que destruirían parte del aljibe, con objeto de albergar en su interior un polvorín, donde surgirían dos habitaciones usadas como caballerizas. Un hospital sería construido por los franceses, que se asentaron con gusto en este castillo durante la ocupación francesa, de tal forma que se realizaron varias reformas dentro de las cuales están los pabellones para el gobernador, una plataforma artillera o incluso un área de oficinas. A la salida de la ciudad los franceses volaron el castillo para que otras tropas no puedieran usarlo.
Como establecimiento hotelero, ha sido incluido entre los diez mejores castillos de Europa en los que hospedarse por los usuarios de TripAdvisor, la mayor comunidad de viajeros en Internet.
El castillo de Santa Catalina, elemento de identidad para Jaén Se ha transformado en un monumento visitable de interés turístico, en un lugar clave para la ciudad, un símbolo y un espacio cultural donde la historia cobra vida por medio de exposiciones explicativas. De este modo, el visitante saldrá del castillo conociendo la singularidad del cerro de Santa Catalina, a partir del cual se centra la temática, continuando con la ocupación que ha sufrido el mismo a lo largo de la historia, por parte de las diferentes civilizaciones que llegaron a coronar su cima. Del mismo modo se trata de explicar las aportaciones culturales que dejaron aquellos que se asentaron en el cerro, aportaciones que, todavía hoy, están presentes en la vida y tradición de los jiennenses.
Aunque la superficie total del castillo, incluyendo el Patio de armas, alcanza los 3.000 m², la superficie útil reservada para la exposición interpretativa, es de unos 525 m² aproximadamente. Para empezar, se describe la Sala de Recepción y Conferencias de la Torre del Homenaje, donde por medio de un audiovisual se ofrece una primera impresión acerca de los contenidos del Castillo. De este modo, se introducen los diversos espacios donde el visitante podrá "viajar al pasado", empezando por entrar en la Torre de las Troneras, lugar donde se alojaban las letrinas, y donde podrá apreciar el sistema de evacuación por gravedad así como el de ventilación.
En la Torre de la Vela, se emitirá a través de una pantalla una representación virtual de la fortaleza durante la ocupación francesa. También es visitable la Prisión ambientada en la época de la ocupación francesa, espacio de 60 m² donde se encuentran los calabozos, que tuvieron un importante uso por aquel entonces. Continuando con la visita, la Torre albarrana cuenta con diferentes sistemas multimedia, por lo que a través de los diferentes dispositivos, paneles interactivos y pantallas táctiles, se introduce al visitante en los aspectos históricos, culturales y sociales de la ciudad de Jaén. Además, un espacio-museo está localizado en la Torre de las Damas, lugar en la que se exponen piezas arqueológicas halladas en el recinto.
Ubicada a la izquierda del castillo, en el punto más elevado de la ciudad, se observa una gran cruz, famosa si bien no por su valor intrínseco, sí por ser un perenne símbolo de la ciudad. Se dice que esta cruz monumental hace memoria a la que en aquel mismo lugar mandó colocar Fernando III el Santo tras arrebatar la fortaleza al rey Alhamar, y es que aunque este monumento se reconoce y caracteriza por sus grandes dimensiones, cuenta la leyenda que, en realidad, esta cruz había sido anteriormente de madera, y/o piedra de unas proporciones mucho más pequeñas, frecuentemente derribada por el formidable viento tan típico de Jaén.
La cruz actual es una donación de la familia Balguerias, existiendo una lápida de mármol gris donde se inscribe y hace referencia a la cesión de esta cruz para la ciudad de Jaén por parte de la misma.
Useful information
- Adultos 3,50 €;
- Jubilados 1,5 €
-Estudiantesy niños 1,5 €
Grupos de más de 10 personas descuento de 1 €
ENTRADA GRATUITA Miércoles 15:00 a 18:00 h
castillodejaen@aytojaen.es
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