El castillo-palacio de Alacuás, castillo de las Cuatro Torres o Palacio de los Aguilar es una de las mansiones nobiliarias impulsadas en la época de decadencia feudal del siglo XV
El castillo-palacio de Alacuás, castillo de las Cuatro Torres o Palacio de los Aguilar es una de las mansiones nobiliarias impulsadas en la época de decadencia feudal del siglo XV. Está situado en Alacuás (Valencia, España).
Es un palacio-castillo de características residenciales, con artesonados en las estancias, azulejería y disposiciones ornamentales e importantes elementos arquitectónicos que anuncian el Renacimiento. Carece, sin embargo, de signos exteriores, como era habitual en aquella época en que primaban la fortaleza y capacidad de defensa.
Descripción técnica
Se asienta sobre un solar cuadrado de 38,90 metros de lado, por lo tanto su superficie es de 1513 m². Dispone de pórtico en forma de claustro y gran patio central, verdadero pulmón del edificio.
La puerta principal, el zócalo y las cuatro esquinas del castillo se han construido con bloques de sillería, de muy variable condición a la del resto del edificio, lo cual hace sospechar que en la construcción se aprovecharon restos de anteriores edificios que habrían estado situados sobre el mismo solar en el que fue levantado el actual castillo.
Cuatro son las plantas de las que consta el edificio:
El piso bajo
Está en gran parte por debajo del nivel de las calles periféricas, constituyendo un semisótano donde tenían emplazamiento las caballerizas, almazaras, alfarjes y bodegas. Entre los elementos más importantes de esta planta figuran la sencilla escalera que da acceso al entresuelo, toda ella construida con bloques de sillería, y también el artesonado del vestíbulo y el pórtico.
Entresuelo
Se aprecia la importancia de las dependencias de esta planta por la riqueza, delicada talla de algunas de las puertas de comunicación interior, por los artesonados que forman el techo y por la característica disposición de sus ventanales.
Principal
A esta planta corresponden las dependencias más nobles e importantes del castillo, a las que únicamente se accede por la inacabada escalera principal. Son de gran delicadeza los arcos ojivales y columnatas que la integran en la galería del patio.
Encontramos en esta planta el acceso a la enrejada tribuna que sobre la iglesia parroquial tiene abierta el castillo en el grueso de su muro, testimonio del patronato que ejercían los señores de Alacuás sobre la citada iglesia. En la fachada oeste se encuentra la gran dependencia, que bien pudo ser el comedor principal y la cocina, con su enorme chimenea.
Finalmente, en la fachada este se encuentra el acceso al salón principal, el de mayor amplitud; la altura de su techo alcanza los 7,33 metros, está cubierto por un rico e impresionante artesonado. También podemos contemplar ricos artesonados en las diferentes dependencias de esta planta del castillo.
Cuarta planta
Destinada a graneros y dependencias para los sirvientes, se encuentra en la actualidad totalmente desmantelada. Sobre esta cuarta planta se elevan los cuatro torreones almenados (uno de ellos reconstruido en la actualidad), que flanqueando la imponente mole del castillo alcanzan la altura aproximada de 25 metros.
Si escasos son los restos de cerrajería que se han podido encontrar, aún más escasos son los de ferretería, no obstante cabe destacar las veletas, iguales en su traza y coronadas por una cruz, que a través del tiempo siguen en pie sobre las almenas de sus torres.
Hacer mención especial de los importantes restos de azulejería ojival, mudéjar y renacentista en sus suelos, que aún podemos admirar, los cuales testimonian la existencia de alguna construcción anterior al castillo y el largo periodo que se invirtió en la edificación de éste.
Historia
Una vez realizada la conquista del Reino de Valencia por el monarca Jaime I el año 1238, este procedió con suma liberalidad a recompensar a los caballeros que le habían acompañado y prestado ayuda. Uno de ellos fue Bernat de Castelló, procedente de Cataluña, al cual, en premio a sus servicios, le concedió el Rey para él y los suyos el lugar de Alacuás, próximo a Valencia, con todos sus derechos.
Sucesivamente, estas tierras y sus señoríos pasaron a sus respectivos herederos, hasta un cierto Luis Pardo de la Casta, —primer conde de Alacuás—, el cual en 1582 mandó construir este importante palacio con aspecto de verdadero castillo medieval, probablemente sobre una antigua fortaleza del cinturón defensivo de Valencia.
Cuatro generaciones sucedieron a este primer conde de Alacuás hasta que en 1785 el castillo y todas sus tierras fueron vendidas por José Ignacio Manfredi, último poseedor del castillo y señorío de Alacuás.
Esta enajenación fue hecha a favor de particulares sin categoría señorial. A partir de aquí, el castillo y todas sus tierras estuvieron sujetas a una serie de transformaciones y aprovechamientos que fueron en aumento año trás año y, de alguna forma, en detrimento del buen estado y conservación de este edificio.
A principios del siglo XX se decidió el derribo del castillo por sus propietarios, que iniciaron el mismo por el torreón noroeste para aprovechar el magnífico material de madera existente en sus vigas y artesonado, consiguiendo vender uno de ellos, el de la torre sudeste, el cual, está colocado en un palacio de Torrelodones actualmente.
Llegó la noticia del derribo del castillo al "Centro de Cultura Valenciana", entidad que hizo un llamamiento en 1918 a todos los artistas, arquitectos y eruditos valencianos, animándolos a reproducir y recopilar directamente de este edificio, dibujos, fotografías, planos, datos y noticias, a fin de juntar un material y sacarlo a la luz por medio de su publicación, todo esto para evitar el derribo del castillo.
El llamamiento tuvo una importante respuesta con toda clase de materiales gráficos y datos históricos, por lo cual se pudo realizar en 1921 la publicación de un pequeño libro titulado "El Palau Senyorial d'Alaquàs", editado por este centro, lo que consiguió una protesta airada y contundente que llegó a las autoridades competentes, dando como resultado la paralización del derribo y la declaración de éste como Monumento Artístico Nacional.
En 1922 fue alquilado por la Sra. Isabel González de Lassala, hasta el año 1940 en que fue adquirido por la misma familia Lassala. El Castillo de Alacuás ha permanecido en manos de esta familia hasta el 28 de febrero de 2003, fecha en la cual fue expropiado por el Ayuntamiento de Alacuás. Desde la expropiación en el castillo se han llevado a cabo diferente actividades culturales como conciertos, exposiciones, etc.
El ayuntamiento de la localidad ha seguido un Plan Director para la rehabilitación del castillo, así como de sus artesonados y elementos cerámicos. Así durante este plan se han encontrado importantes hallazgos como cerámica ornamental desconocida en la localidad y de gran valor. La rehabilitación ha implicado la reconstrucción de la cuarta torre que perdió a principios del siglo XX.
La entrada es gratuita
La entrada es gratuita
castell@alaquas.org
Castillo cerrado:
- 1 y 6 de enero;
- 16, 17, 18 y 19 de marzo;
- 29, 30, 31 de marzo, 1, 2 y 9 de abril;
- 1 de mayo;
- Del 28 de julio al 26 de agosto;
- 8 y 9 de septiembre;
- 9 y 12 de octubre;
- 1 de noviembre;
- 6 y 8 de diciembre;
- 24, 25 y 31 de diciembre